Navegando en kayak ... Kayaking ...

"Salíamos a remar en las amorronadas aguas del Río de la Plata, aprovechando la ola que hacen las lanchas y veleros que se trasladan a una considerable velocidad por el Canal Vinculación, que conecta con el Arroyo Luján. 

Era fácil que pudiera dar un vuelco, quedando con mi cabeza bajo el agua. A veces quedaba unos segundos hasta que con un fuerte golpe de cadera, aplicando la técnica de eskimo roll, regresaba a la posición normal de remo.

Después de un tiempo de kayakear, cuando hacíamos este recorrido, era natural que mi estómago comenzara a sonar, como sabiendo que de pronto se divisaría una confitería flotante sobre una plataforma en el medio del Río San Antonio. Sabía que venía un gran sándwich de milanesa con papas fritas y un rico jugo exprimido, para recuperar mis energías."

"Ahí estaba pasando mis días, entrenaba yendo a remar con Ricardo y otros kayakistas. Al principio salíamos del Tigre y otras veces desde el náutico San Fernando, en San Isidro, que estaba más cerca de casa. Había un lindo ambiente con gente amable, mucha vegetación y un lugar para amarrar las embarcaciones y una gran botera a donde solíamos dejar nuestros kayaks. Remábamos muchas veces con Yony Gagneten y Gustavo Fernández por todo el Delta, por el Río Luján, Tigre, Arroyo Abra vieja, Gutiérrez, Sarmiento (que es un río importante por su caudal), El Pajarito, Río San Antonio. Igualmente, temprano a la mañana, aprovechaba para salir a correr, algo que tenía totalmente incorporado y que jamás dejaría de hacer. Estos lugares me parecían espectaculares y me gustaba lo que estaba haciendo.

Los días transcurrían ultimando los detalles para la Expedición Proyecto Orca Antártica, que venía gestionando Ricardo como su mentor durante años. La conformación del grupo no fue sencilla y como condición excluyente debíamos saber andar en kayak. Yo estaba entusiasmaba y con solo pensar en esto, me corría adrenalina por las venas. La idea tenía características innovadoras, era una gran aventura sin precedentes a nivel mundial y, desde el principio, despertó gran expectativa principalmente en la comunidad científica ya que era el inicio de estudio e investigación de Orcas en la Antártida. Toda esta preparación llevaba ya cuatro largos años de gestiones ya que no cualquier persona iba a la Antártida. "

"A la vez que seguía con los preparativos de la previa para ir a la Antártida, me fui insertando en un nuevo mundo deportivo del running team en San Isidro. Las mujeres del grupo del running team, comenzamos a salir a remar en kayaks individuales desde Puerto Tablas, aunque no era un deporte muy conocido en esas época de los años 90, era entretenido y amigable. Algunas de las chicas usaban los kayaks prestados que tenía la guardería náutica en su guarda kayaks, otras de ellas decidieron comprar. Remar me permitió disfrutar de respirar el aire limpio con mucho contacto con la naturaleza mientras vivia en Martinez, Buenos Aires, lo que lo hacía desestresante. Estábamos entusiasmadas por estos beneficios que nos brindaba el kayak. 

Remar en el agua era un ejercicio fácil de aprender, sobre todo para las mujeres porque no hacemos fuerza bruta. Ricardo había estado explicándole al grupo la técnica de remo en seco con un kayakista entrenador. Esta técnica consta de: posición inicial sentada en el asiento, tracción que se impulsa con el movimiento del remo y desplazamiento. Durante todos los movimientos, la espalda debía estar siempre erguida y los brazos estirados al remar.

Una noche de luna llena, con las chicas del running team decidimos salir a remar. Llegamos a Puerto Tablas, sacamos los kayaks, nos pusimos los salvavidas, elemento de seguridad y las polleritas, para ajustarnos al cockpit del kayak. Descalzas por la hierba nos encaminamos al agua con nuestros kayaks a cuesta que eran livianos por ser de fibra de vidrio. Al probar el agua noté que estaba fría, pero eso no importaba para nosotras, la noche era espectacular. 

Antes de tirar el bote al agua chequeamos que el asiento estuviera regulado correctamente, sobre todo las muchachas que tenían sus botes prestados. Ya en el agua, entramos en cada kayak que era cerrado, con las piernas hacia adelante estiradas hasta llegar al “posapie”. Nos empezamos a ajustar el cubre-cockpit al kayak para que no entre agua. Los dedos de nuestras manos estaban fríos y se nos dificultaba estirar el neoprene de la pollerita, para que quede unido con el kayak. Finalmente pudimos y agarramos nuestros remos para empezar a palear entre los juncales. De a poco comenzamos a alejarnos de la orilla por la ribera y adentrarnos en las aguas del Río de la Plata. Había pleamar producto de la marea viva, con un leve oleaje y abundante volumen de agua lo que nos facilitó avanzar desde la costa río adentro.

La luna apenas empezaba a asomarse en el horizonte, sumaba sus efectos produciendo oscilaciones en las aguas producto de su fuerza de atracción. Las sensaciones, en un principio, eran de incertidumbre. Al remar en la apenas penumbra, teníamos un sentimiento mezclado con un poco de adrenalina. Remábamos con las linternas frontales en las cabezas. Podíamos oír el sonido de las palas entrando en el agua, desdibujado por los murmullos de las conversaciones navegando por el río. Cuando la luna ya estuvo alta y se veía perfectamente, nos quedamos solamente flotando. Disfrutando de ese momento con solo el silencio de la naturaleza y esa bella luna que se reflejaba y nos iluminaba. redonda con su brillo y belleza espectacular,  

Regresamos a la costa. Una de mis compañeras bajó de su kayak y se dejó caer sobre la hierba, y yo y las otras chicas la seguimos. Encantadas con esa experiencia, tan simple y tan mágica para el alma, solo siendo observadoras de lo que estaba a nuestro alrededor, regresamos a nuestras casas. 

Extractos del Libro Pasión y Aventura - capitulo Navegando en Kayak en las aguas antárticas.-

"We would go out to row in the amorphous waters of the Río de la Plata, taking advantage of the wave made by the boats and sailboats that move at considerable speed through the Canal Vinculation, which connects with the Arroyo Luján.

It was easy for me to flip over, getting my head under the water. Sometimes there were a few seconds left until with a strong hip blow, applying the eskimo roll technique, he returned to the normal rowing position.

After a while of kayaking, when we did this tour, it was natural that my stomach began to rumble, as if knowing that suddenly a floating confectionery would be seen on a platform in the middle of the San Antonio River. I knew a great Milanese sandwich with french fries and a delicious squeezed juice was coming, to regain my energy. "

"There I was spending my days, I was training going to row with Ricardo and other kayakers. At first we would leave Tigre and other times from the San Fernando boathouse, in San Isidro, which was closer to home. There was a nice atmosphere with friendly people, lots of vegetation and a place to moor the boats and a large boat where we used to leave our kayaks. We paddled many times with Yony Gagneten and Gustavo Fernández throughout the Delta, along the Luján River, Tigre, Arroyo Abra vieja, Gutiérrez, Sarmiento (which is an important river because of its flow), El Pajarito, Río San Antonio. Likewise, early in the morning, I took the opportunity to go running, something that I had totally incorporated and that I would never stop doing. These places seemed spectacular to me and I liked it. what was he doing.

The days went by finalizing the details for the Antarctic Orca Project Expedition, which Ricardo had been managing as his mentor for years. The formation of the group was not simple and as an exclusive condition we had to know how to ride a kayak. I was excited and just thinking about this made my adrenaline rush through my veins. The idea had innovative characteristics, it was a great adventure without precedent worldwide and, from the beginning, it aroused great expectations mainly in the scientific community since it was the beginning of the study and research of Orcas in Antarctica. All this preparation had already taken four long years of negotiations since not everyone was going to Antarctica. "

"At the same time that I continued with the previous preparations to go to Antarctica, I was inserting myself in a new sports world of the running team in San Isidro. The women of the running team group, we began to go out to row in individual kayaks from Puerto Tablas, although it was not a very well-known sport in those days of the 90s, it was entertaining and friendly. Some of the girls used the borrowed kayaks that the nautical nursery had in their kayak storage, others decided to buy. Rowing allowed me enjoy breathing clean air with lots of contact with nature while living in Martinez, Buenos Aires, which made it stress-free We were excited about these benefits that kayaking brought us.

Rowing in the water was an easy exercise to learn, especially for women because we don't do brute force. Ricardo had been explaining the dry paddling technique to the group with a trainer kayaker. This technique consists of: initial position sitting on the seat, traction that is driven by the movement of the paddle and movement. During all movements, the back should always be straight and the arms outstretched when rowing.

One night with a full moon, with the girls from the running team we decided to go rowing. We arrived at Puerto Tablas, took out the kayaks, put on the life jackets, a safety element and the skirts, to adjust to the cockpit of the kayak. Barefoot on the grass we headed to the water with our kayaks uphill, which were light because they were made of fiberglass. When testing the water I noticed that it was cold, but that didn't matter to us, the night was spectacular.

Before throwing the boat into the water, we checked that the seat was adjusted correctly, especially the girls who had their boats borrowed. Once in the water, we entered each kayak that was closed, with the legs stretched forward until we reached the "footrest". We began to adjust the cockpit cover to the kayak so that no water enters. The fingers of our hands were cold and it was difficult for us to stretch the neoprene of the skirt, so that it was united with the kayak. Finally we were able to and grabbed our oars to start paddling through the reed beds. Little by little we began to move away from the shore along the shore and into the waters of the Río de la Plata. There was high tide as a result of the spring tide, with a slight swell and an abundant volume of water, which made it easier for us to advance from the coast inland.

The moon was just beginning to appear on the horizon, adding its effects producing oscillations in the waters as a result of its attractive force. The sensations, at first, were of uncertainty. When rowing in the barely twilight, we had a feeling mixed with a bit of adrenaline. We rowed with headlamps on our heads. We could hear the sound of the paddles entering the water, blurred by the murmurs of conversations navigating the river. When the moon was already high and it was perfectly visible, we were only floating. Enjoying that moment with only the silence of nature and that beautiful moon that was reflected and illuminated us. round with its brilliance and spectacular beauty,

We return to the coast. One of my classmates got out of her kayak and flopped down on the grass, and I and the other girls followed her. Delighted with that experience, so simple and so magical for the soul, just being observers of what was around us, we returned to our homes.

Excerpts from the Book Passion and Adventure - chapter Kayaking in the Antarctic waters

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